La niña temía por su vida hasta que un grupo de motoristas apareció para protegerla.

La protagonista de esta historia real era un niña de 10 años que vivía feliz y despreocupada, como cualquier otra niña. Pero un día su vida dio un vuelco. Su padrastro comenzó a abusar de ella y su vida se convirtió en una pesadilla. "Yo no podía comer ni dormir", cuenta la chica. Finalmente la madre se enteró de lo que estaba ocurriendo y echó a su marido de la casa. Pero era tarde, el daño estaba hecho. La niña se sentía completamente destruida interiormente,  tenía miedo e incluso pensaba en el suicidio. Ya nunca se sentía segura al no saber si el demonio que le había destrozado, su padrastro, aparecería en cualquier momento. Pero la mano extendida de unos extraños lo cambió todo. Y esa ayuda vino de donde menos lo esperaban.

La niña siempre había sido feliz y aventurera. Siempre sin miedo.

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Pero cuando tenía 10 años todo cambió. El marido de su madre comenzó a abusar de ella.

”No comía, no dormía. Fue la peor etapa de mi vida. Yo había pasado por una situación muy dura, y había visto a mi familia sufrir también. Yo me había dado por vencida y todos a mi alrededor lo sabían.”

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Dos años después la madre después se enteró de lo que estaba ocurriendo. El padrastro fue expulsado de la casa e informaron a la Policía, pero la familia seguía viviendo con miedo. La niña siempre estaba pendiente de si las puertas y ventanas estaban bien cerradas.

Pero un día un grupo de motoristas se presentó delante de la casa de la madre y la niña. Su primera reacción fue sentir miedo al ver a estos hombre fuertes, con sus motos, frente a su puerta.

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Lo que ellas no sabían es que los motoristas estaban allí por una buena razón. Para proteger a la niña.

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Este grupo de motoristas se llama ”Motoristas contra el abuso infantil”.

”Si es necesario que estemos toda la noche en la puerta de una casa, lo hacemos.”, cuenta el vicepresidente de ”Motoristas papá”, nombre con el que se conoce al grupo.

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”Fue genial ver a mi hija relajarse después de casi 3 años”, cuenta la madre.

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Cuando llegó el día del juicio contra el padrastro, la niña tenía más miedo que nunca.

”Yo declaré contra mi padrastro, y él me taladraba con la mirada, su mirada era matadora. Pero entonces miré para el otro lado y los motoristas estaban allí, dándome todo su apoyo, el apoyo emocional que yo necesitaba.” , cuenta la chica.

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”Estaban allí para apoyarme durante el juicio pero sobre todo para velar por mi seguridad.”.

”La gente me miraba y me preguntaba quiénes eran esas personas que me acompañaba, y yo sólo contestaba: son mis guardaespaldas. Yo me sentía la niña más chula del mundo”.

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El padrastro fue a la cárcel y la niña pudo, por fin, ir tranquila a la escuela. Se sentía segura, y todo gracias a la inesperada ayuda de estos hombres.

”Ellos han hecho posible que yo me convierta en la mujer que soy hoy. He conseguido muchas cosas que no habría podido lograr sin ellos, cuenta la protagonista de esta historia.

”Estoy muy, muy feliz.”.

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Aquí puedes ver un vídeo de los hechos:

Es verdad lo que dice la frase: no se puede juzgar el contenido de un libro por su portada. Comparte esta historia para que este mensaje llegue a todos. Siempre hay y habrá personas dispuestas a ayudar a otros. Siempre.

 

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