Seis chicos de la escuela Roxbury Latin, de las afueras de Boston, en Estados Unidos, recibieron una lección, hace unos años, que difícilmente van a olvidar. Pero la lección, esta vez, fue fuera de clase.
Mike Pojman fue el que tomó la iniciativa de comenzar un programa para educar a los alumnos y a la vez hacer algo bueno para la sociedad, y les encomendó una tarea muy especial.
Los chicos portaron el ataúd de un hombre solitario que había muerto sin familia ni amigos. Después de transportar el ataúd leyeron un poema en honor del hombre. Los chicos llevaban elegantes trajes y parecían tomárselo todo muy en serio.
– Señor, gracias por abrir nuestros corazones y mentes con esta tarea. Estamos aquí para honrar la vida y recordar a Nicholas Miller. Este hombre murió solo, sin familia que estuviese ahí para apoyarlo, dijo uno de los chicos antes decir unas palabras que hicieron llorar a todos:
– Hoy, nosotros somos su familia…
– Nosotros somos hoy sus hijos. Nosotros nos sentimos honrados de estar frente a él ahora, celebrando su vida y su recuerdo ahora que su alma nos ha dejado para siempre.
Después de esta vivencia, los chicos se quedaron con una diferente y nueva visión de la vida. Están contentos con la decisión de la escuela de enviarlos allí.
– Yo sé que volveré a la escuela, a mi rutina y normalidad, pero salir de esa burbuja te da una nueva perspectiva de lo que es realmente importante en la vida, cuenta de los estudiantes.
La verdad es que me ha impresionado la madurez de estos adolescentes, han estado ahí para otro ser humano que no merecía irse de este mundo solo. Precioso.
¡Comparte si crees que todas las escuelas deberían tener este tipo de iniciativas!
