Una broma durante una fiesta de pijamas dio un giro aterrador cuando los amigos de confianza de un niño de 12 años de Georgia, en Estados Unidos, le echaron agua hirviendo, arrancándole la piel de la cara y dejándole graves quemaduras.
Trey West, de Georgia, pasó el día de Año Nuevo en el hospital, recuperándose de las graves quemaduras que le quedaron en la mayor parte de la cara después de que tres supuestos amigos se divirtieran echándole agua hirviendo en la cara mientras dormía.
Según WALB 10, el niño, de 12 años, estaba en el apartamento de su vecino en Tifton, disfrutando de una fiesta de pijamas con otros tres niños, de edades comprendidas entre los 12 y los 15 años.
Cuando ocurrió el incidente, Trey estaba durmiendo mientras los otros chicos jugaban a videojuegos. Entonces, uno de los niños le echó agua caliente a Trey, según contó su madre, Tiffany West.
«La verdad es que ahora no puedo describirlo. En ese momento solo sentía rabia, dolor y conmoción», dijo West sobre la supuesta broma, que le causó quemaduras de segundo grado, principalmente en la cara, y requirió atención médica inmediata.
«Veía rojo. Solo intentaba darme prisa y buscar ayuda para él».
Medical News Today escribe que estas quemaduras pueden ser extremadamente dolorosas y, tras un proceso de curación de casi un mes, «las quemaduras de segundo grado suelen dejar una cicatriz, que puede desaparecer con el paso de los años».
«Anestesiado»
El hijo de West fue trasladado de urgencia al hospital, donde fue operado para tratar sus lesiones.
«Lo trasladaron al centro de quemados de Augusta. Tuvo que ser operado, y ahora se está recuperando en casa. Pero le va a llevar entre 12 y 14 días curarse», dijo West sobre el camino que le espera a Trey, que tendrá retos tanto físicos como emocionales.
«Tienes que estar en estado de shock al saber que tus amigos son capaces de hacerte esto. Alguien en quien confiabas, es horrible. Nunca pensó que algo así le pudiera pasar», dijo Nachelle Austile, tía del niño.
«Siempre le pregunto si está enfadado, triste… pero él no siente [ninguna] emoción al respecto», dice Austile, mientras que West añade: «Está como anestesiado».
Los tres chicos responsables de la broma fueron detenidos, pero posteriormente puestos en libertad y entregados a sus familias, a la espera de las vistas judiciales previstas para el mes que viene.
Momentos difíciles
Mientras tanto, la comunidad se ha movilizado en torno a la víctima y su familia, ofreciendo donaciones y apoyo.
West expresó su gratitud en una emotiva publicación en Facebook, agradeciendo a los simpatizantes su generosidad y sus palabras de ánimo. «¡Me desperté con tanto AMOR hacia mi hijo!», escribió. «Se me llenan los ojos de lágrimas al saber que tanta gente se preocupa por mí y por mi hijo y que no estamos solos en esto».
La publicación continuaba: «Me arrodillo todos los días para dar gracias a Dios porque mi bebé sigue aquí y va a estar bien, porque podría haber sido [peor]», escribe West en la publicación del 3 de enero de 2025.
Refiriéndose a su hijo como un «guerrero», West celebró la positividad que la amabilidad de la comunidad ha traído a sus vidas: «¡Cada donación, regalo, palabra de aliento y oración ha puesto una sonrisa en el rostro de mi hijo!», añadió.
Días más tarde, compartió otra publicación en las redes sociales en la que explicaba que su hijo estaba en casa y se recuperaba bien.
«¡Mi hijo se está recuperando muy bien desde la operación! ¡Es posible que pueda volver al colegio la semana que viene, después de su segunda cita de seguimiento el martes! De vez en cuando tiene algunos momentos difíciles, pero en general está de buen humor», escribe. «Cuando llegamos a casa del hospital, tenía que mantenerse elevado y dormir en un sillón reclinable, pero ahora puede dormir normalmente en su propia cama… No solo lloro por la tristeza y la locura, sino también por la alegría de que mi pequeño va a estar bien».
Quizás la noticia más conmovedora es un vídeo que West compartió el 11 de enero, en el que se ve a Trey sonriendo y bailando con su hermana.
«Vídeo de mi hijo y su hermana. ¡Se está recuperando maravillosamente! Nadie más que Dios», escribe.
Esta terrible experiencia nos recuerda los peligros de las bromas imprudentes y la importancia de fomentar la empatía y la responsabilidad entre los jóvenes.
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