Su genial respuesta a la mujer que le llama "sucio motero" es aplaudida por miles de personas

A Luc Perreault le encanta montar en moto, tiene muchos tatuajes y viste chaleco de cuero. Es un auténtico motero. 

Luc es también un padre y un hijo muy popular. Está casado y lleva una vida normal cuando se baja de su moto. 

Pero sí, incluso él mismo admite que su aspecto puede dar un poco de miedo, con sus tatuajes y sus 127 kilos de peso. 

Pero ya sabemos que muchas veces las apariencias engañan. 

Hace 3 años Luc Perreault fue juzgado por su apariencia de forma muy fea y esto le hizo mucho daño. Después del incidente, Luc decidió escribir lo siguiente en Facebook. Espero que la madre que se lo hizo pasar tan mal lea el mensaje. 

Facebook/Luc Perreault

Su publicación de Facebook ha sido compartida por miles de personas de todo el mundo. Su mensaje incluso lo han recogido muchos periódicos. En mensaje decía: 

”A la familia del auto rojo en la puerta de Tim Horton hoy: 

Sí, soy un hombre de 127 kilos con una moto y un montón de tatuajes. 

Sé que parezco una persona que podría comeros si me miráis mal. 

Lo que no sabes, sin embargo, es que llevo 11 años felizmente casado, mis hijos me llaman papá, tengo estudios universitarios, mi madre está orgullosa de mí y dice a todo el mundo lo orgullosa que está de tener un hijo tan maravilloso, mis sobrinas están siempre muy contentas de ver a su tío Luc, cuando mi hija se rompió el brazo, yo lloré más que ella. Yo leo libros, ayudo a gente, apoyo a nuestros veteranos de guerra, y lloro cuando la película Armageddon…»

Facebook/Luc Perreault

«Así que la próxima vez que sonría y diga hola a tu hija y la apartes y digas:»no, hija, nosotros no hablamos con sucios moteros», recuerda que me haces sufrir. Este «sucio motero» sería el primero en entrar corriendo a tu casa en llamas para salvar a tu hija». 

  

Genial lo que Luc escribe. Todos deberíamos recordar esto cuando nos encontramos con otras personas y tengamos la rápida reacción de juzgar. No juzguemos a nadie por sus apariencias, porque quizá podemos hacer sufrir a alguien más de lo que creemos.