Melanie Griffith, que cumplirá 67 años el 9 de agosto, siempre ha sido la reina de Hollywood, pero con los años ha sufrido mucho persiguiendo la fuente de la juventud.
Admitiendo que «se sintió muy herida» por las críticas que decían que había ido demasiado lejos, la estrella dejó de intentar parar el envejecimiento y, en cambio tomo un paso hacia atrás en cuanto a sus excesivos procedimientos que transformaron su aspecto.
«Ojalá que ahora esté más normal», dice Griffith sobre su decisión de aceptar su belleza natural.
Sigue leyendo para enterarte más sobre Griffith y su viaje para amarse a sí misma.
Siendo aún una niña, Griffith consiguió un papel como extra en “Experimento Harrad” de 1973, una película protagonizada por su madre y futuro marido Don Johnson, un joven de 22 años con el que conectó inmediatamente.
Cuando la joven estrella tenía sólo 17 años, consiguió su primer papel importante en la película “La noche se mueve” de 1975, en la que también estuvieron Gene Hackman y James Woods.
Después Griffith y Johnson se casaron y luego se divorciaron.
Vivir con leones
Fue en 1981 cuando Griffith tuvo la oportunidad de volver a trabajar con su madre, en la película “El gran rugido” que cuenta la historia de unos grandes felinos que se vuelven contra la familia de un zoólogo en África.
La película iba ser una comedia, pero se convirtió en un horror para 70 de los miembros del reparto y del equipo, que fueron atacados por los animals. Esto hizo que fue llamada «la película más peligrosa jamás rodada.»
Un director de fotografía necesitó 200 puntos de sutura para reimplantarse parte del cuero cabelludo, Hedren fue arrojada de un elefante desde una loma y se quebró una pierna. Griffith, que interpretaba a la hija de su madre en la vida real, necesitó cirugía reconstructiva facial después de que un león le mordiera la cabeza con sus poderosas mandíbulas
Actriz respetada
Griffith se recuperó del trauma y en la década siguiente se convirtió en madre de Alexander Bauer y en una célebre actriz con nominaciones a los Globos de Oro por sus apariciones en “Doble de cuerpo” de 1984 y en la comedia de suspense “Algo salvaje” de 1986.
El verdadero aplauso llegó cuando protagonizó “Secretaria ejecutiva”, el gran éxito de 1988 en el que actúa junto a Harrison Ford y Sigourney Weaver. Griffith ganó su primer Globo de Oro por su interpretación en la comedia romántica y obtuvo su primera nominación al Oscar.
«Lo cambió todo», dijo a Hollywood Reporter en 2018. «Todo el mundo sabía quién era yo de repente, y conseguí muchos trabajos, y nunca dejé de trabajar hasta que dejé de trabajar.
Desafortunadamente su vida personal no fue tan exitosa como su carrera.
Griffith, que en el momento de su nominación a la Academia se había divorciado dos veces, volvió con Johnson.
La pareja se volvió a casar en 1989 y tuvo a su primera hija, Dakota, que nació ese mismo año.
«Afortunada de estar viva»
Pero la historia se repitió y Griffith y Johnson se divorciaron en 1996, el mismo año en que ella se casó con el galán español Antonio Banderas.
La pareja, que estuvo casada hasta 2015, tiene una hija, Stella Banderas.
Griffith contó a Porter, según USA Today, que su relación con Banderas terminó porque «personalmente me quedé estancada y no voy a dejar que eso vuelva a pasar. Quiero disfrutar de la vida, quiero hacer lo que quiera.»
Y, estaba disfrutando de la vida un poco demasiado.
En la misma entrevista, la estrella de se sinceró sobre su adicción al alcohol y a las drogas.
Describiéndose a sí misma como «una personalidad adictiva», Griffith dijo que es «afortunada de estar viva.»
«Nunca fui tan mala como algunas personas que conocí, metiéndome heroína y esas cosas. Pero sí bebí mucho y consumí cocaína. Pensaba que me lo estaba pasando bien.»
La estrella de Broadway ingresó en rehabilitación en 1998, 2000 y de nuevo en 2009.
Llena de remordimientos
A medida que Griffith envejecía, los fans observaban sus dramática transformación. Algunos cambios fueron naturales, otros el resultado de la cirugía plástica, por la que ha recibido algunas críticas.
Inicialmente satisfecha con los resultados, Melanie confiesa que no era consciente de lo drásticas que sus cirugías estéticas, «a las que se sometió hace más de 20 años», cambiaron su rostro.
Y los internautas no han tardado en compartir sus opiniones sobre su nuevo aspecto.
«Nunca hubiera sabido que ésta era Melanie Griffith. Es guapa pero irreconocible. Triste», escribe un fan.
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«No [me di cuenta] hasta que la gente empezó a decir: ‘¡Dios mío, qué se ha hecho! Estaba muy dolida», recuerda. «Fui a otro médico y empezó a disolver toda la mierda que me había puesto la otra doctora. Con suerte, ahora tengo un aspecto más normal.»
Sus fans dicen que «está estupenda. No parece un monstruo, no necesita rellenos.»
Otros elogian su belleza natural.
«Está mucho más guapa y como cuando era más joven», comparte un segundo mientras que otro añade: «Preciosa nada supera lo natural.»
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