Ella escondía un gran secreto. 23 años después aparece un hombre que revela algo que cambió la vida de muchas personas.

Hay personas que, por circunstancias de la vida, se convierten en auténticos héroes anónimos.Personas valientes que actúan aunque eso conlleve un gran riesgo para su propia vida. Éste es el caso de 3 hermanas gallegas de las que ni sus hijos conocían su gran hazaña secreta.

Lola Touza Domínguez regentaba un quiosco en la estación de tren de Ribadavia, Galicia (España). Un día de 1941 se fijó en un hombre que llevaba sentado todo el día en un banco de la estación. Se acercó a él para preguntarle si se encontraba bien pero el hombre no hablaba español. Si embargo, la mirada es muchas veces más fuerte que todas las palabras del mundo. La mujer entendió que necesitaba ayuda y le dio cobijo en su casa.

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Muchos años después,en 1964, a Galicia llegaron noticias de que un viejo judío neoyorquino quería encontrar a Lola. La sopresa fue total, nadie entendía por qué ese hombre quería contactar con ella. El hombre se llamaba Isaac Retzmann y era un próspero comerciante alemán de padres judíos. Isaac había conocido a un emigrante gallego en Nueva York y le pidió que buscase a Lola, y éste consiguió dar con ella.

Y así fue como salió a la luz lo que Lola y sus hermanas habían hecho. Un gran secreto que querían llevarse a la tumba y que sus hijos nunca hubiesen conocido si no hubiese sido por este hombre agradecido.

Gracias a este hombre se supo que el quiosco de Lola fue el cuartel de la red de fuga de judíos que Lola, en colaboración con sus dos hermanas, mantuvo funcionando entre 1941 y 1945. El objetivo era facilitar el paso judíos a Portugal. Y desde ahí muchos consiguieron emigrar a América.

Isaac fue una de las 500 personas a las que salvaron de una muerte segura las hermanas Touza.

La noticia dejó de piedra a la familia de Lola y sus hermanas, especialmente a sus hijos y nietos, que descubrieron que sus madres y abuelas, las que les preparaban la comida y les habían cambiado los pañales, fueron un día valientes defensoras de la vida de otros seres humanos que gracias a ellas consiguieron salvarse.

No nos cansamos de decirlo, en la vida nos encontramos personas muy dañinas pero también hay muchas personas maravillosas, quedémonos con esas personas.

Comparte este testimonio por ellas y por todas las personas que hacen grandes cosas de forma anónima y sin esperar nada a cambio.