
Se especula que el ex director ejecutivo de Astronomer, Andy Byron, podría estar estudiando emprender acciones legales contra Coldplay tras un incidente viral ocurrido en el concierto de la banda en Massachusetts el 16 de julio.
Byron se convirtió en el centro de una atención indeseada en Internet después de que fuera filmado abrazando a la empleada Kristen Cabot durante el espectáculo. El vídeo de su incómodo momento en pantalla (retransmitido a través de una pantalla gigante) se hizo rápidamente viral en TikTok, lo que provocó críticas generalizadas y, finalmente, la dimisión de Byron como director ejecutivo.
En un comunicado publicado en las redes sociales, Astronomer abordó la situación directamente: «Como se ha declarado anteriormente, Astronomer está comprometida con los valores y la cultura que nos han guiado desde nuestra fundación. Se espera que nuestros líderes establezcan el estándar tanto en conducta como en responsabilidad, y recientemente, ese estándar no se cumplió».
La empresa añadió: «Andy Byron ha presentado su dimisión y el consejo de administración la ha aceptado. El consejo comenzará la búsqueda de nuestro próximo director ejecutivo, mientras que el cofundador y director de producto, Pete DeJoy, seguirá desempeñando las funciones de director ejecutivo interino».
Ni Byron ni Cabot han hecho comentarios públicos sobre el incidente.
Desde que el vídeo se hizo viral y provocó la caída profesional de Byron, algunos usuarios de Internet han especulado sobre si podría tener motivos legales para demandar a Coldplay por daños a su reputación. Sin embargo, los expertos jurídicos afirman que ningún caso de este tipo prosperaría en los tribunales.
«Cualquier demanda legal de Byron estaría condenada al fracaso», afirmó Ron Zambrano, abogado de West Coast Employment Lawyers, en una declaración a The Mirror.
«No tiene motivos para demandar. En primer lugar, se desestimaría inmediatamente por constituir una restricción a la libertad de expresión creativa y a la capacidad de Coldplay para ser artísticos durante sus actuaciones. En segundo lugar, Byron y Cabot renunciaron a su derecho a la privacidad al asistir a un evento público. Su muestra pública de afecto es responsabilidad suya, no de Coldplay. Simplemente los pillaron».
El abogado especializado en entretenimiento y derecho civil Tre Lovell, de The Lovell Firm, se hizo eco de la opinión de Zambrano: «Cuando estás en público, no tienes derecho a la privacidad de tus actos. La gente es libre de fotografiarte y grabarte en vídeo».
Y añadió: «Lo que la gente no puede hacer es utilizar esas imágenes para violar tu derecho a la publicidad, como lucrarse con tu imagen o retratarte de forma falsa o difamatoria. Pero nada de esto se da en esta situación».
Con ambos abogados de acuerdo, parece claro que, aunque el momento viral pueda haber tenido enormes consecuencias profesionales para Byron, tiene pocas posibilidades legales de recurrir contra Coldplay.
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