Ella siempre fue la oveja negra de la familia – 56 años después sale a la luz un secreto

El 3 de mayo de 1953, dos niñas, DeeAnn Angell y Kay Rene Reed, nacieron de dos madres distintas en el mismo hospital en la pequeña localidad de Heppner, en Oregon, Estados Unidos. 

En cuanto Marjorie Angell sostuvo a la bebé DeeAnn en sus brazos, sintió que algo iba mal e insistió a las enfermeras en que le habían dado al niño equivocado.

Nadie la escuchó. Al final, las enfermeras la convencieron de que era de hecho su hija y su familia no pensó más en eso.

Pero 56 años después, el teléfono sonó y salió a la luz un secreto impactante.

Cuando DeeAnn Angell era niña, era la única rubia con ojos azules en una familia donde todos sus integrantes tenían el pelo castaño. Ella destacaba, por decir poco, en las fotos de familia. 

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Mientras tanto, Kay Rene Reed tenía la misma sensación de estar fuera de lugar. Ella tenía pelo oscuro y se sentía como la oveja negra en una familia de rubios. Era distinta a sus hermanos y se preguntaba si en realidad ella era una Reed.

En aquel entonces, no se habían inventado las técnicas de ADN y Kay aparcó sus sospechas. 

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Pero 56 años después todo cambió. El hermano de Kay, Bobby, recibió una llamada de una mujer mayor, quien decía conocer un enorme secreto. 

Bobby fue directamente a conocer a la mujer. Ella le explicó que había conocido a la madre de Kay Rene Reed y que ella también vivía junto a la familia Angell y su hija DeeAnn.

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La mujer de 86 años fue firme: las dos niñas habían sido intercambiadas en el hospital. Ella también explicó que esperó para dar esta impactante noticia a que sus cuatro padres hubieran muerto. 

Bobby no supo qué hacer. Él siempre había amado a Kay como a su hermana y no quería herir a nadie. Tras hablar con sus hermanos decidieron decírselo a Kay y DeeAnn.

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En el verano de 2009, Kay Rene Reed y DeeAnn Angell se hicieron el test de ADN en Kennewick, Washington. 

Resultó que la intuición de Marjorie 56 años antes era correcta. Kay no era una Reed, sino una Angell, mientras que DeeAnn era hermana de los Reed.

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Tras conocerse la verdad, las dos familias desarrollaron un fuerte vínculo la una con la otra. Hoy Kay y DeeAnn son muy cercanas y se sienten como hermanas, pero imaginen cómo sus vidas habrían sido si cada una hubiera crecido en su respectiva familia biológica. 

«Es triste pensar que me perdí el conocer a mis padres», confesó DeeAnn a ABC News.

Parece increíble que una historia así haya sucedido. ¿Qué habrían hecho ustedes?¿Habrían esperado 56 años para revelar la verdad como hizo esta anciana? ¡Por favor, comparte esta historia con tus amigos!