Algunos lo conocen como el “Schindler mexicano”, porque gracias a él se estima que cerca de 40.000 personas lograron escapar con vida del régimen nazi.
Su nombre era Gilberto Bosques y sus familiares no consideran que este apodo sea correcto, más que nada porque la suya, dicen, era una “labor de estado”.
Y es que Bosques fue el cónsul general de México en París entre 1939 y 1942 y su principal misión fue cumplir un orden del gobierno de su país: auxiliar a la mayor cantidad de perseguidos por los nazis.
Durante tres años, Gilberto Bosques aprobó miles de visas mexicanas que permitieron escapar de Europa a judíos, polacos, franceses miembros de la resistencia y españoles republicanos
De no ser por su ayuda a muchos de ellos les aguardaba una muerte segura.
Pese a su gran labor humanitaria, muy pocos conocen la historia de Gilberto Bosques, incluso en su propio país.
En 1939, Gilberto fue designado como representante del gobierno mexicano en Francia. Ese año había concluído la Guerra civil en España y miles de republicanos huyeron del país y buscaron asilo en Francia.
Entonces fue cuando Bosques recibió la instrucción de su gobierno de ayudar a los ciudadanos mexicanos en Francia, así como a los refugiados españoles.
Años después estalló la Segunda Guerra Mundial y la labor de este cónsul pasaría a ser todavía mucho más extensa.
Gilberto Bosques se metió de lleno tanto en ayudar a los españoles refugiados como a los judíos que huían de ls persecución nazi y trataban de salir de Francia.
Logró que muchos huyeran a través del Puerto de Marsella, a donde se trasladó el consulado después de la ocupación francesa.
En esa ciudad Gilberto alquiló dos castillos para alojar a más de 1300 hombres y mujeres y evitar que fueran capturados.
Llegó un punto que su actividad puso en peligro al propio Gilberto, a su familia y colaboradores, que fueron detenidos por el ejército alemán.
Tal y como narró su hija, Laura Bosques, en este documental sobre su vida, la Gestapo irrumpió en el consulado para detener a su padre y a sus ayudantes, llevándose toda la documentación que encontraron.
Gilberto fue encarcelado y con él cayó también toda la red de ayuda que había creado para salvar a perseguidos en su huída de Europa.
Finalmente, logró obtener su libertad. En 1943, el gobierno mexicano intercambió a Gilberto por un grupo de prisioneros alemanes capturados en Veracruz, en el oeste de México.
Tras obtener su libertad, Bosques continuó su carrera diplomática como embajador en Suecia, Cuba y Portugal.
Gilberto Bosques falleció en 1995 a los 102 años de edad. Recientemente, Google difundió un doodle honrando su memoria y su labor, que permitió salvar la vida de miles de personas.
Aquí puedes ver un vídeo sobre Gilberto:
¿Conocías la hazaña de este diplomatico? Desde luego, miles de familias en México todavía deben estar muy agradecidas con su trabajo humanitario en tiempos tan terribles. Por favor, ayúdanos a honrar la memoria de Gilberto Bosques compartiendo su historia y el trabajo por el que arriesgó su propia libertad.
