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Han corrido ríos de tinta sobre las supuestas infidelidades del rey emérito de España, Don Juan Carlos. En los artículos y comentarios de tv se suele retratar a su esposa, la reina Sofía, como la víctima de esta historia, la «pobrecita» esposa que ha tenido que aguantar estoicamente las infidelidades de su marido. ¿Pero es Sofía realmente la única víctima de esta historia? A mí me parece que no. Y no siento pena por ella.
La historia de amor del rey emérito con la artista Barbara Rey fue una de las primeras en conocerse hace ya muchos años. Sonadísima fue la relación de Don Juan Carlos con Corinna, que añadió leña al fuego cuando se produjo la abdicación del monarca en 2014. Ahora, a sus 86 años, los medios de comunicación no dejan de añadir nombres de mujer a la lista de las supuestas amantes que Don Juan Carlos tuvo durante sus años de reinado. La princesa María Gabriela de Saboya, la Miss Universo Gladys Zender, la artista Sara Montiel o la artista italiana Raffaella Carrá, son algunas de las mujeres que, al parecer, han formado parte de la vida sentimental del rey emérito. Pero si hay un nombre de mujer que quiero destacar no es el de ninguna de sus amantes, sino el de su esposa, la reina Sofía.
La reina Sofía, ¿la única víctima de esta historia?
Los periodistas y expertos en realeza suelen hablar de la reina Sofía como la víctima, la pobre esposa abnegada y enamorada que ha tenido que aguantar las infidelidades de su marido. ¿Pero cómo sabemos que esto es realmente así?
El matrimonio de Juan Carlos y Sofía fue acordado. Hoy nos puede parecer una barbaridad, pero lo cierto es que así funcionaban las cosas en el pasado -no tan pasado-. El matrimonio en la realeza no era considerado una cuestión de amor, era una cuestión de estado y, por tanto, cuestión de conveniencia. Los príncipes se casaban entre ellos, así era y así se aceptaba.
Si Juan Carlos y Sofía estaban enamorados cuando se casaron, realmente, solo ellos los saben, pero que te enamores de la persona que te han elegido por ti, sinceramente, me parece bastante poco probable. Partiendo de ese punto, ¿es tan extraño que el rey se enamorase de otras mujeres a lo largo de su vida? ¿Es tan extraño que quisiera disfrutar del amor como cualquier otro mortal? ¿Es justo robarle eso?
En este punto puede que estéis pensando, ¿y ella? Pues ella exactamente igual, ¿es justo pedirle que sea la amantísima esposa y renunciar a vivir el amor? No, no lo es. Tanto el rey emérito como su esposa tenían el derecho de conocer lo que es amor de verdad, los dos por igual, y aunque no se hable mucho de ello, parece que así lo han hecho… ¡los dos! Sí, al parecer la reina también ha tenido sus amantes.
Según El Nacional entre los supuestos amantes de la reina Sofía se encuentran el político catalán Federico Mayor Zaragoza, Alfonso Díez, viudo de Cayetana de Alba, el periodista Juan José Benítez, el cantautor Georges Moustaki, el rey Harald de Noruega, el gran amor de la reina Sofía, y el premio Nobel de la Paz Muhammad Yunus, entre otros.
De acuerdo, al parecer la lista de amantes de la reina no es tan larga como la del rey, y desconozco, por supuesto, si fue el rey quien comenzó con las infidelidades y si Sofía sufrió con ello, pero parece ya bastante evidente que no hablamos de una esposa enamorada y resignada a sufrir. Yo lo que veo es una pareja que no se casó enamorada y a la que no se le permitía divorciarse, y que decidió hacer cada uno su vida por su lado.
Con esto no quiero justificar las infidelidades del rey, solo planteo que quizá nos estamos dejando llevar por la típica historia del hombre infiel y la «pobre mujer». Creo que la reina Sofía se merece mucho más que nuestra lástima, y creo que es una mujer inteligente y práctica que tiene más que superadas las infidelidades de su marido y que ha sabido hacer su vida y vivir también sus amores. Y me alegro por ella.
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