Se llama Víctor y es un adorable bull terrier que ha sido víctima de un brutal abuso por parte de su exdueño, Christopher Griffiths, quien en un acto de enorme crueldad le dio cocaína y le cortó las orejas con un alicate en septiembre del año pasado.
Este monstruo, porque no puede ser calificado de otra manera, ha sido hallado culpable de crueldad animal por el juzgado de Wrexham, en Gales, Reino Unido y cumplirá 2 años de cárcel.
También se le ha prohibido volver a tener animales durante diez años. Todas penas que me parecen pocas para lo que ha hecho este salvaje.
Según la versión inicial que dio Griffiths a la policía, un conocido había querido esconder drogas en su casa, pero cuando él se negó, atacó a su perro de esta forma tan salvaje.
La policía comprobó que efectivamente Griffith había reportado el ataque, pero nadie vio al supuesto atacante ni entrar ni salir de la casa.
Sin embargo, su vecino Mark Owen Jones tenía otra versión de la historia y su testimonio fue clave en el caso.
Explicó a la corte que se asomó porque escuchó el aullido angustiado de los perros y vio a Griffiths tratando de sacarle un bozal, o eso al menos le pareció.
Escuchó cómo pedía un alicate a otro vecino y después vio como se levantaba portando lo que parecían dos trozos de tela en las manos.
La defensa de Griffith alegó que la versión de este vecino no encajaba con los hechos, pero ésta fue suficiente para el juez al cotejarse con las pruebas halladas en la escena.
Tanto Víctor como los otros dos perros de Griffiths fueron rescatados por la Sociedad Real para la Prevención del Maltrato Animal y serán puestos en adopción.
Ojalá encuentren un buen hogar para estos perritos, especialmente Víctor, quien necesitará mucho amor y cariño para superar un trauma tan espantoso.
De todas formas, creemos justicia debería exigir penas muchas más duras para los humanos que maltratan así a un pobre animal indefenso. Comparte esto si estás de acuerdo.
