Yo creo que todos estamos de acuerdo que los niños no tienen la misma concepción del mundo que los adultos. De alguna forma me puede dar pesar que esa forma inocente de ver el mundo se va perdiendo cuando uno crece. Cuando leí este cuento me recordé de lo fácil que todo era cuando uno era niño. La fantasía era lo único que ponía las barreras. No les puedo jurar que esta historia haya pasado en la vida real. Pero realmente no me parece que importa. La historia me hizo reír mucho, por eso la quiero compartir con ustedes. ¡Ojalá les guste!
Un día dos niños entraron a una farmacia. Tomaron un paquete de tampones y se fueron a la caja.
El hombre de la caja miró al niño mayor y le preguntó.
– ¿Cuanto años tienes?
– 8, contestó el niño.
El hombre siguió:
– ¿Sabes para que se utilizan?
El niño respondió:
– No del todo, pero no son para mí. Son para él, mi hermanito. El tiene 4 años.
– Ajá, contestó el cajero con una voz pensativa.
Rápidamente el niño respondió:
– Si, vimos en la televisión que si los utilizas puedes nadar, jugar tennis y montar en bicicleta. El ahora no puede hacer nada de eso.
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