Su hijo murió de leucemia. Ahora el padre le escribe un conmovedor mensaje a los cientos de personas que intentaron salvarle la vida.

El cáncer es una enfermedad terrible tanto para el paciente como para sus familiares, que en todo el proceso ven sufrir a su ser querido. Pero no puedo imaginar lo desgarrador que debe ser enfrentar esta enfermedad cuando el paciente es tu hijo. Los padres de Jerónimo Lozano sí lo saben, un niño de 13 años colombiano con leucemia, que a pesar de grandes esfuerzos para  poder tratarlo con una técnica experimental, terminó sucumbiendo a la enfermedad. No obstante, sus padres no olvidan la ayuda que recibió su hijo.

leucemia1

Su padre Fabio luchó incansablemente para que su hijo recibiera un tratamiento experimental con células T.

Fotos

leucemia3

Para ello tenían que recaudar 800.000 dólares que trataron de reunir a través de una campaña de redes. Desafortunadamente, sólo lograron conseguir un 38% de esa cifra y finalmente Jerónimo falleció la noche del 7 de marzo en la Clínica Country de Bogotá, en Colombia.

Pero a través de Facebook sus padres agradecieron todo el apoyo recibido con estas palabras:

“Quiero expresar mil palabras, quiero decir un millón de sentimientos, no me es fácil. Haré mi mejor esfuerzo de expresar todo el agradecimiento y alegría que nuestro hijo Jerónimo Lozano Torres, trajo a nuestras vidas.
Agradecemos mucho la compañía y solidaridad que nos han prestado. Nuestro hijo ha fallecido a causa de una terrible enfermedad, el, asumió con entereza cada día de su vida hasta su último aliento, hasta su último suspiro de vida por lo que nos sentimos orgullosos.
Nosotros sus padres, Natalia Torres, nuestras familias vamos a seguir preservando y honrando su nombre a través de nuestro servicio irrestricto para aquellos que como el, están en situaciones difíciles, sin distinción de sexo, edad, raza o religión.
Jeronimo ahora vive en todos nosotros, uds que lo han convertido en el símbolo de la lucha por la vida.
Un saludo cariñoso y fraternal”.

Y es que más allá de la pérdida y el amargo sabor que te puede dejar una desgracia como esta, reconforta saber que tantas personas desconocidas mostraron su solidaridad y prestaron su ayuda para salvarle la vida.

Son esas historias que te hacen tener fe en la humanidad.