Este argentino ha salvado a medio millón de personas de la pobreza en África

Hace 50 años, llegó a las costas de Madagascar el barco en el que viajaba un joven de 22 años argentino dispuesto a cambiar el mundo. El joven padre Opeka staba decidido a salvar a las miles de personas que allí vivían en uno de los mayores basurales del planeta.

Lejos estaba Argentina, el país donde con tan sólo 10 años ayudaba a su padre a levantar muros en la construcción, o donde a los 17 construyó una casa para que los Mapuches del sur se resguardaran el frío.

En África, el desafío de este hombre rubio de ojos azules era mucho mayor, y empezó por hacerse amigo de los locales jugando con ellos al fútbol.

Casi medio siglo después, este padre mira lo que ha logrado construir a lo largo de su vida en Madagascar y ve una ciudad de 17 barrios, 5 guarderías y 4 escuelas, gracias a la cual se estima han logrado salir de la miseria cerca de 500.000 personas.

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Algunos lo llaman “la Madre Teresa con pantalones” o “El apostol de la basura”, pero el padre Pedro Opeka dice que sólo es un hombre de carne y hueso que quiso hacer algo por la gente que vivía en condiciones infrahumanas.

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En 1990 plantó, junto al gran basural a 15 km de Antananarivo, la primera piedra de Akamasoa, lo que hoy es una gran ciudad con 17 pueblos, 3000 casas, 5 guarderías, 4 escuelas, un instituto para adultos y 4 bibliotecas para un total de 13.000 niños escolarizados. Para trabajar ahí la condición es trabajar, escolarizar a los niños y cumplir con una serie de normas de convivencia. Se estima que gracias a este proyecto se han salvado de la miseria a 500.000 personas.

Por todo ello, el padre Opeka ha sido nominado tres veces al Premio Nobel de la Paz.

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Según explicó al diario Clarín, el asistencialismo debe existir siempre con trabajo. “El que no trabaja que no coma”, puntualiza, e insiste en que todo lo que se ha hecho no ha sido producto de un solo hombre, sino del trabajo de 500 personas que se organizaron junto a él para hacer realidad un sueño.

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Tan interesante como conocer su historia es escucharla de sus propios labios, así que aquí te dejo un video que me encantó sobre él:

Por favor, difunde la labor del Padre Opeka y sus amigos de Madagascar, para demostrar al mundo que con voluntad y el trabajo conjunto todo es posible en esta vida.